Yoreci Núñez y Allan Elvir, Fincas El Naranjal - Los tres pinos

Yoreci y su marido Allan no se ajustan a la descripción generalizada de una pareja de caficultores.

Ambos son veinteañeros y, mientras que mucha gente de su generación abandona la tierra de su familia y prefiere un trabajo en la ciudad, esta joven pareja ha descubierto hace poco que le gusta trabajar en la pequeña parcela que Allan heredó de su abuelo.

Hay que decir que, en cierto modo, Yoreci y Allan se encuentran en una situación privilegiada. Ella es una ingeniera graduada en la universidad que trabaja a tiempo completo en Cafesmo como responsable del control de calidad. Todos los días puede ver, sentir, oler y, por supuesto, probar cada lote de café que Cafesmo prepara para la exportación. Los lotes lavados más grandes con puntuaciones SCA 81-83 que forman el grueso de nuestro inventario. Los lotes lavados con SCA 84 y 85 que producimos en lotes todavía relativamente grandes.

Y, por supuesto, también los microlotes de todas las formas que se puedan imaginar.

Como trabaja tan estrechamente con nuestra catadora, los agrónomos, nuestro versátil director y los equipos de auditores para las diversas certificaciones que tenemos como organización, Yoreci está bien al tanto de todos los aspectos y etapas de la preparación y conservación del café. Además, suele recibir a visitantes de todos los rincones del mundo. Pequeños tostadores de cafés especiales, medianos importadores, expertos en el manejo de agua, la avifauna, la agroforestería u otras facetas importantes para la buena gestión de una finca cafetera.

Lo que les faltaba a Allan y a Yoreci, al menos hasta hace unos años, era un terreno propio y la experiencia práctica en el campo que es indispensable para cualquiera que quiera cultivar café. Así que, en 2017, Allan decidió empezar a trabajar con su abuelo, que, lamentablemente, murió unos años después.

Por suerte, ya conocía a Yoreci, que no solo lo consoló, sino que empezó a trabajar con él en su finca, que ahora habían heredado del abuelo recién fallecido. Como Yoreci sabía, por amplia experiencia, que los microlotes tenían mucho mejor perfil y además llenaban a sus creadores de más orgullo y alegría, pronto la joven pareja decidió probar suerte por su cuenta en la delicada elaboración de su primer batch.

Así fue como, a principios de 2022, vendieron una bolsa de café natural a un importador de cafés especiales de Taiwán. Allan y Yoreci esperan que éste sea el comienzo de una larga y fructífera relación, y están decididos a aumentar tanto la calidad como la cantidad de su producción de microlotes.

!Como son jóvenes, inteligentes, con ganas de aprender y tienen acceso diario a una amplia gama de conocimientos y experiencia, apostamos que sus cafés van a evolucionar muy bien en los próximos años!

Datos de la finca

1 hectárea a 1.320 metros de altitud.

Variedades: Parainema, un poco de lempira.

Abundante sombra de una gran variedad de árboles: naranja, lima, aguacate, mandarina, plátano, banano...

La tierra está certificada como orgánica, comercio justo, RFA.