Gloria Marina Fuente Lara, Finca El Anonito

Solo desde hace cinco años estoy trabajando mi finca.

Antes, pertenecía a mi suegro, pero ahora mi hijo y yo somos responsables de esa finca, y de la de mi hijo también. Juntos, cultivamos 2,5 hectáreas. 

 Mi hijo también es técnico en el rubro de café para una organización internacional que trabaja en Honduras para mejorar las condiciones de caficultura: acompañar a los pequeños productores en el proceso de digitalización de datos, y en la conversión hacía un modelo de agricultura más sostenible para el planeta.

 Esos conocimientos que mi hijo ha adquirido en su trabajo, sirven enormemente también en nuestras propias fincas. Es lo que nos ha permitido mejorar el mantenimiento de la finca, nuestros procesos, y la sombra. También participamos en talleres de Cafesmo, donde aprendimos a preparar micro-lotes. 

 Apostamos a la preparación de lotes de alta calidad. Por una parte, para mejorar nuestros ingresos. Por otra parte, porque nos da más satisfacción en nuestro trabajo.

 Aunque vivimos en San Marcos, el pueblo principal de nuestra región, nuestras fincas se encuentran afuera, en las montañas aledañas de La Lima. Hay mucha sombra natural, y plantamos también arboles frutales, para consumición propia.

 Lo que a mí, personalmente, más me agrada del trabajo en la finca, es la temporada del corte. Muchos dicen que es una época de frenético trabajo y de estrés. Extrañamente, para mí, el corte es sinónimo de relajamiento y paz. La naturaleza abundante en mi finca, el suave chasquido cuando se coge un grano de su rama, los contrastes de colores entre las hojas verdes, los granos rojos, el cielo tan azul… todo eso me da una agradable sensación de meditación. 

 Además, siempre estamos solos en la finca, excepto durante los meses de cosecha. Es el momento idóneo para convivir con los cortadores. Hablamos, compartimos, y comemos juntos.

 Nuestra próxima meta es trabajar con uno o dos tostadores en Europa y de manera más general, como madre, mi meta principal es hacer todo lo posible para que mis hijos puedan realizar sus vidas, sus sueños. Me da mucha alegría que ellos hayan podido hacer sus estudios universitarios. Cuando yo era joven, estudiar a esos niveles estaba fuera del alcance de mi familia. ¡Pero ahora estoy percibiendo horizontes más vastos, y un futuro más próspero para la próxima generación! 

 

Datos de la Finca

0,7 hectáreas a 1.350 metros de altura.

Variedades : Principalmente pacas, parainema y lempira. Un poco de catimor.

Sombra: guamo, naranjos, huerta, yuca, bambú, limas, ciruela

Certificaciones: Comercio Justo, Orgánico, RFA