Francisca Rivera, Finca Malcincales

DURANTE ALGÚN TIEMPO, TODOS MIS HERMANOS ESTABAN VIVIENDO EN LOS ESTADOS UNIDOS...

Lo que me dejó al cuidado de nuestra tierra, sola. Fue una época de penurias y jornadas de trabajo desde el amanecer hasta el atardecer, y luego hasta bien entrada la noche.

Por suerte, había aprendido a trabajar la tierra cuando aún era una niña. Los mejores meses de cada año eran cuando llegaba la hora de recoger la cosecha. Mi padre me llevaba a la finca muy temprano, cuando todavía hacía frío, y yo me acurrucaba contra su cuerpo cálido y fuerte cada vez que nos sentábamos a tomar un café. A los doce años recogía cerezas más rápido que él, con mis pequeños dedos y mis ágiles manos.

Dejé la escuela después de tercero, no me gustaba y prefería estar en la finca con mi padre y mis hermanos. Así que, cuando todos ellos abandonaron la tierra por desesperación, y emprendieron el peligroso viaje a través de Guatemala y México, hasta llegar a los Estados Unidos, yo estaba lo mejor preparada posible para ocuparme de nuestros cafés.

Desde entonces, varios de ellos han regresado y mi hijo hace ahora la mayor parte del trabajo que yo hacía. Ahora, me centro en el secado y la preparación, al tiempo que me aseguro de que los mejores granos se recojan en el momento exacto, cuando tienen la madurez exuberante y jugosa de los granos que están destinados a terminar su largo viaje en una taza de café Specialty.

Pero aún no hemos llegado a ese punto. Acabamos de tener un microlote que obtuvo una puntuación de 84,25, así que estamos progresando y tenemos la esperanza de hacerlo aún mejor en un futuro próximo.

También me ocupo de mi nieta cuando mi hijo tiene que quedarse en la tierra más tiempo del previsto. Aunque a mí no me gustaba ir a la escuela, soy muy consciente de que el mundo ha cambiado y haré lo que sea para poder permitirle a mi nieta una mejor educación. Toda la ganancia del café se invierte en su uniforme escolar, material, libros de texto y todo lo que necesite para convertirse en una joven capaz y bien educada que tendrá las herramientas para conquistar el lugar que se merece en el mundo actual.

Con suerte, al final del curso escolar quedará algo de dinero para invertir en una secadora solar y preparar cafés aún mejores para nuestros tostadores.

Datos de la granja

La finca está situada a 1.370 metros y tiene un total de 7 hectáreas.

Las variedades más importantes son Pacas, Obata y 90.

La sombra la proporcionaba naturalmente un árbol local llamado "Malcincal", de ahí el nombre de la finca, pero ya no quedan muchos. Así que hemos plantado guamo, madreado, pepeto, para asegurarnos de que haya mucha sombra para nuestras plantas.

También cultivamos naranjas, mangos y mandarinas.

Nuestro café está certificado por la FTO.

Esta finca está certificada por Rain Forest Alliance.