Carlos Rivera, Finca Las Mataras

Tanto al principio como al final de cada día, a Carlos le gusta tomar un café en uno de las tres cafeterías que posee con su esposa y sus dos hijos.

Su vida no siempre estuvo tan centrada en el café,  Carlos y su familia, es la tercera generación de una familia cafetera por lo que ellos mismos decidieron empezar a cultivar también café.

La pareja no tardó en enamorarse de su nueva forma de vida y como suele ocurrir cuando se siente una fuerte afinidad con las cosas que se hacen o elaboran, tanto Carlos y su familia como sus cafés crecieron a niveles superiores cada año. Cuando se sintieron preparados, decidieron que era el momento de empezar a compartir su amor por sus granos con su comunidad. 

Así nació la primera cafetería " Café Espresso Latino" en 2014; con el Eslogan SOMOS LA HUELLA DEL AROMA DEL CAFÉ. El nombre es un guiño apenas velado a la mayor cadena nacional de cafeterías de Honduras, que se llama "Espresso Americano". Aunque obviamente es mucho más pequeña, 'Espresso Latino' sirve una taza de café de mucha más calidad, con una trazabilidad al 100% hasta cada una de las parcelas y variedades de café de la familia Rivera.

Cuando era joven, Carlos Rivera junior, nacido en 1996, también se involucró en el negocio familiar, trabajando sobre todo en el secado y procesamiento de pequeños lotes de granos cuidadosamente recogidos. Poco a poco, aprendió a preparar micro lotes equilibrados y complejos a partir de variedades únicas que seleccionó de la finca de sus padres. 

En 2018, Carlos junior ganó el Premio Oro de nuestra región – Ocotepeque - y fue entonces cuando las cosas volvieron a dar un giro más. El lote anaeróbico que fue catado en 89, trajo algo de fama adicional y solidificó la reputación de la familia como un proveedor confiable de cafés de excelencia. 

Llegó el momento de abrir una segunda sucursal de Espresso Latino, lo que también proporcionó a la esposa Soraya la oportunidad perfecta para seguir desarrollando su amor por todo lo dulce. Empezó a desarrollar los menús de pastelería, desayuno y comida para las dos cafeterías, mientras Carlos padre seguía centrándose en la gestión de las fincas, y sus dos hijos en mejorar sus habilidades de preparación con cada nueva cosecha que llegaba.

La calidad, por supuesto, no depende únicamente de las habilidades de preparación de Carlos hijo. Todo empieza en las raíces, literalmente: ¿cómo y dónde se cultivan las plantas de café, cuándo se recogen y seleccionan exactamente los granos más maduros, cómo se secan? Por eso, la familia cuenta con relaciones estables y duraderas con un grupo de trabajadores que vuelven cada temporada desde hace unos ocho odiez años. 

Trabajan en mejores condiciones que la mayoría en el campo y son apreciados por sus habilidades. Los cortadores son invitados a Espresso Latino a pequeñas degustaciones. Esto les ayuda a entender por qué es tan importante recoger sólo los granos más maduros para obtener microlotes de alta calidad, y ellos también se entusiasman con su trabajo cuando saben -y pueden probar- la recompensa que les reporta su esfuerzo.

La pandemia afectó mucho a la familia Rivera. El precio del café en el mercado internacional era insoportablemente bajo, las dos cafeterías tuvieron que cerrar durante meses interminables y no parecía haber luz al final del túnel. Hasta que los precios del café empezaron a subir y se permitió que las cafeteríasvolvieran a abrir.

En enero de 2022 se inauguró la tercera sucursal de 'Espresso Latino' y las tres cafeterías ofrecen ahora puestos de trabajo estables a doce empleados locales. También hay planes de expansión en ciudades cercanos, o incluso la capital. 

 Y cuando terminó la cosecha de 2022 (marzo), Daniel Horbat, el Campeón Mundial de Degustación de 2019, compró dos pequeños lotes que Carlos Hijo había preparado para su tostaduría SUMO en Irlanda. ¡Esto sin duda contribuirá a un futuro brillante para la Finca Las EL Comedero de Café Espresso Larino y la familia Rivera!

 

Datos de la finca

11 hectáreas a entre 1420 y 1480 metros.

Mucha sombra del bosque natural de pinos. También plátanos, naranjos.

Catuaí rojo y amarillo, Catimor, Pacamara, Parainema.

Certificado orgánico, comercio justo, RFA