Reinaldo Mena, Finca Los Pitos

MI PADRE ERA UN HOMBRE ESTRICTO...

Me pegaba si no quería trabajar en la tierra cuando aún era un niño. Pero también era justo y me enseñó la mayor parte de lo que sé hoy en día. No fui mucho a la escuela, no me gustaba, y sólo terminé el tercer grado. A los quince años, empecé a trabajar la tierra por mi cuenta.

Una cosa que mi padre no me enseñó fue como preparar micro-lotes. De hecho, nunca tuvo la alegría de descubrir lo que eso significa. Yo mismo lo aprendí hace poco, cuando me uní a Cafesmo. En mi primer intento obtuve una puntuación de 84 y en el segundo 85. Estoy encantado porque estoy descubriendo un campo de juego totalmente nuevo, con oportunidades casi ilimitadas para diversificar, experimentar y mejorar.

El café significa para mí la felicidad, es una pasión. Cuando miro por encima de mi finca al final del día, justo cuando el sol se quiere acomodar detrás de las cimas de las montañas lejanas, el brillo de los rayos es tan precioso que me hace querer quedarme allí para siempre. Ahora más aún, ya que estoy empezando a explorar este universo de cafés especiales, recientemente encontrado.

Lo que también es maravilloso de mi trabajo es que no tengo jefe, nadie que me diga lo que tengo que hacer. Organizo cada día como me parece y decido sobre mis propias prioridades. De lo que salga mal, sólo me puedo culpar a mí misma, pero cada éxito que logro, lo consigo con mi propio esfuerzo.

Mis hijos son todavía pequeños, no trabajan en la finca. Quiero ofrecerles la libertad de elegir: si quieren seguir una educación superior o prefieren trabajar la tierra, como yo. Por supuesto, espero secretamente que compartan mi pasión por el cultivo del café, pero soy muy consciente de los crecientes desafíos que nos imponen el cambio climático y la despiadada bajada de precios de los mercados internacionales.

Así que veremos dónde acaban mis hijos cuando sean adultos. Yo, por mi parte, seguiré viviendo mi vida en mi finca y en torno a ella, porque la amo más que cualquier otra carrera profesional que pueda imaginar.

 

Datos de la finca

5,5 hectáreas que están situadas entre 1.150 y 1.220 metros.

Las variedades que cultivo son Parainema, Paca, Catuaí, Lempira y Catimoro.

La sombra es abundante y la proporcionan el guamo y el pepeto, aunque marco los límites de mi terreno con ciprés y galileo (un árbol pequeño con un denso crecimiento de hojas).

La finca está certificada FTO y Rain Forest Alliance.