Marel Mena & Family, Finca Los Cipreses

PARA NOSOTROS, CULTIVAR CAFÉ SIGNIFICA BUSCAR INGRESOS SOSTENIBLES, SOLIDARIDAD, PASIÓN, PERO SOBRE TODO DIVERSIÓN...

Somos una docena de personas, entre padres, hijos, tíos, sobrinos y todos vivimos cerca unos de otros en un caserío de las colinas. Es una joya escondida, como un paraíso privado, donde tenemos suficiente agua, sol generoso, noches frescas y frutas abundantes.

Nuestras fincas están llenas de árboles de sombra que también dan frutos, como plátanos, bananos, una gran variedad de cítricos e incluso maracuyá.

Hace años, cuando empezamos, no teníamos electricidad, ni agua corriente, ni siquiera carreteras, por lo que teníamos que transportar nuestra cosecha en mulas. Pero poco a poco conseguimos que nueve comunidades de las colinas que rodean nuestro valle se conectaran a la red eléctrica, y luego también al sistema de agua.

Uno de nosotros empezó a procesar un microlote hace unos años, mientras los demás se mostraban escépticos. Nos costó mucho esfuerzo, trabajo adicional, y también supuso un riesgo porque no teníamos experiencia en la preparación de cafés especiales. Pero entonces, el que había ofrecido su microlote, recibió el triple de dinero que el resto de nosotros, y también una nota de honor. 

Así que ahora todos nos dedicamos a mejorar las técnicas, a procesar nuestro café para los microlotes y a ofrecer una gran variedad de opciones a tostadores en el extranjero. Nuestro café se cultiva con la combinación perfecta de experiencia, tradición, dedicación y paciencia. De verdad, debería probar una de nuestras muestras, ¡no le decepcionará!

 

Datos de la finca

Entre todos, cultivamos 37 hectáreas de café, situado entre 1200 y 1400 metros.

Cuando empezamos, sólo cultivábamos Pacas, pero ahora también tenemos Parainema, Obata, Catimor, Catuaí y Lempira.

Certificación de Comercio Justo, Orgánico y Rain Forest Alliance.