Delmy Hernández Finca Cascaritas, Tres parcelas:Chupadero 1, Chupadero 2, Los Laureles

No hace mucho tiempo, mi marido murió. Fue un golpe devastador para mi vida y la de mis hijos;

Él era el pilar de nuestra familia, en quien me apoyaba naturalmente en los momentos de angustia para buscar refugio. Después de décadas de compartir cada día con él, tristeza y alegría, se fue. 

Pero somos fuertes, mis hijos y yo. Además, somos tercera y cuarta generación de caficultores, y mi marido había inculcado a nuestros hijos todos sus conocimientos y experiencia mucho antes de fallecer.

Mis propios conocimientos han evolucionado y se han ampliado mucho a lo largo de los años. Cuando era pequeña, tenía que despulpar el café a mano. Era un trabajo arduo, pero no teníamos máquina y no podíamos permitirnos contratar a alguien. Afortunadamente, sólo tenía que trabajar durante los fines de semana y las vacaciones, pero cuando terminé la escuela primaria, empecé a trabajar a tiempo completo.

Ahora, utilizamos una variedad de técnicas y habilidades para cultivar y luego procesar granos de alta calidad, y hemos comenzado a ofrecer micro lotes en el 2015. Mi hijo Hidardo supervisa gran parte de nuestra producción, pero yo me he especializado en secar y preparar bastantes microlotes en nuestra casa simultáneamente, desde finales de noviembre hasta marzo. Tenemos un gran patio donde puedo secar nuestros cafés al sol. Pero también hemos construido una robusta secadora solar con tres niveles de camas africanas, en la que podemos procesar nuestros lotes de forma muy controlada y lenta.

Me gusta especialmente trabajar con la maceración carbónica. Deja espacio para experimentos extravagantes y los perfiles suelen ser más exóticos y memorables, aunque también es algo más arriesgado porque no puedo controlar totalmente el proceso de fermentación. Por lo tanto, suelo optar por un 60% de lavado y un 40% de procesos naturales y de honey para nuestros microlotes más grandes, y luego preparo lotes anaeróbicos más pequeños aparte.

Tenemos un grupo creciente de tostadores asociados en diferentes partes del mundo. Esto nos permite reinvertir los ingresos en nuestra tierra y en nuestras instalaciones, lo que a su vez significa que podemos aumentar la producción y mejorar aún más la calidad. Lo que empezó como un humilde proyecto de cultivo de granos básicos, se está convirtiendo poco a poco en una empresa familiar próspera, bien enfocada y más diversificada.

Así que, aunque nuestro marido y padre no volverá a pisar nuestra tierra, estamos unidos en nuestra determinación y alegría para seguir construyendo su legado.

 

Datos de la granja

Actualmente, poseemos 3,5 hectáreas a una altitud de 1230 a 1300 metros.

Trabajamos con Parainema, Catucai, Amarello 2SL, IHCAFE90, Obata.

Además de los pinos que predominan naturalmente en nuestra región, hemos plantado árboles adicionales para generar suficiente sombra en todas las partes de la plantación. Hay plátanos, nogales americanos, pino avellano, guamo y malcinca. 

Nuestros cafés son FTO.

Esta finca está certificada por Rain Forest Alliance.