Miguel Angel Rivas, Fincas La CCD - Los Nances - La Estillera

Aunque sólo adquirió su primera parcela en 2014, Don Miguel sabe lo que es el café.

De hecho, lleva más de dos décadas trabajando para otros productores. Sólo que le tomó mucho tiempo y muchas dificultades antes de poder comprar su propia parcela.

Le encanta trabajar en su tierra. Las dificultades, los aguaceros durante la temporada de lluvias, la volatilidad de los precios del café, las jornadas de trabajo de quince horas durante la cosecha. Le gusta todo eso. ¿Por qué? "Porque soy libre, nadie puede decirme qué hacer, cuándo hacerlo o cómo", responde don Miguel cuando se le hace esa pregunta, y luego mira sus plantas de café con tranquilo orgullo y determinación.

Don Miguel forma parte de una familia numerosa. Tiene nueve hermanos y él y su mujer han criado a cinco hijos. Tres de los hijos están en Estados Unidos. Le enviaron dinero para comprar un poco más de tierra y también ayudan cuando el precio del café es demasiado bajo para mantener las cosas a flote. Los dos hijos que aún están en Honduras ayudan en la finca: desbrozando, limpiando, podando las plantas y, por supuesto, cortando los granos durante la temporada de cosecha. Todo ello bajo la dirección amable pero firme de Don Miguel, que ha acumulado muchos conocimientos y experiencia durante sus más de dos décadas en el campo.

A pesar de los esfuerzos de la familia, todavía no han tenido la oportunidad de secar y preparar sus propios microlotes. De hecho, venden su café a Cafesmo en cereza y el equipo de Cafesmo se encarga de secar y procesar los lotes por ellos. El siguiente paso es comprar su propio secadora solar, separar los mejores granos y empezar a preparar sus propios microlotes.

Don Miguel ya sabe cómo hacerlo. Trabaja junto a Hidardo Hernández, el joven fundador de Cafesmo que prepara muchos microlotes con distintos procesos. A veces, Hidardo compra algunos de los granos de Don Miguel y le enseña a secarlos lentamente y a procesarlos para obtener un lote de alta calidad. Don Miguel está decidido a quedarse con algunos de esos mejores granos en cuanto pueda construir su propia secadora solar.

Además, tiene compradores potenciales, ya que los microlotes que se preparan en Cafesmo, están siendo comprados por tostadores a los que les gustan sus perfiles, los sabores frutales, y las consistencias de los lotes. En Cafesmo estamos seguros de que conseguirá sus objetivos. Sus fincas están en plena forma, su determinación es inquebrantable y ya ha demostrado que sus microlotes son populares entre los tostadores que buscan café de alta calidad en el extranjero.

 

 Datos de la finca:

 3 hectáreas a 1,338 de altitud.

Variedades: Lempira, Parainema, IH-Café90 y Caturra

Mucha sombra de variedades de árboles locales, también algo de pinos y aguacate autóctono.

La tierra está certificada como orgánica, comercio justo, RFA.