Carlos Roberto Hernández, Finca Miraflores y la Mora

LOS PADRES DE MI MADRE FUERON LOS PRIMEROS DE NUESTRA FAMILIA EN EMPEZAR A CULTIVAR PLANTAS DE CAFÉ...

En aquella época, tenían que regar cada planta individualmente, porque no había nada de sombra. Mi propia finca está en medio de un bosque de pinos. La sombra garantiza un proceso de maduración más lento y homogéneo, pero estoy seguro de que mis abuelos habrían pensado que estoy loco. En aquel entonces, estaban convencidos de que el café no podía crecer bajo un árbol mucho más grande.

Así que soy un caficultor de tercera generación y, aunque ahora también soy el alcalde de nuestro - muy pequeño - pueblo, sigo trabajando en la finca. El clima es perfecto durante todo el año bajo los frescos árboles, y trabajar la tierra me ayuda a calmar la mente, enderezar mis pensamientos o simplemente soñar mientras recojo granos o limpio la finca.

Soy uno de los fundadores de Cafesmo y actualmente también soy el presidente del comité de socios. Esto significa que dedico gran parte de mi tiempo a organizar Cafesmo y a buscar formas de ayudarlo a crecer. A veces, recibo a visitantes extranjeros que quieren trabajar con nosotros, o a un equipo de las organizaciones de Comercio Justo o de BioLatina, que vienen a auditar e inspeccionar nuestra organización y fincas miembros al azar.

Es un puesto polifacético y estoy muy contenta de ser una parte tan activa de Cafesmo. Si no fuera por Cafesmo, ninguno de nosotros podría obtener certificaciones, ni trabajar directamente con importadores y tostadores de tierras lejanas.

 

Datos de la finca

13 hectáreas -con certificación FTO- entre 1330 y 1410 metros. En medio de un bosque de pinos, pero también hay otros árboles, como ciprés, guamo y liquidámbar.

Variedades: Caturra, Parainema, Obata, IHCafé 90, Pacas.

Esta finca está certificada por Rain Forest Alliance.