Jesús Humberto Mena, Fincas El Peñon and Las Brisas

Mientras mis padres cultivaban algo de café para el consumo de nuestra casa hace décadas, yo mismo empecé a cultivar café alrededor de 1985, decidido a obtener ingresos de ello. Estoy muy orgulloso de mi finca, y me encanta trabajar la tierra...

Es una buena manera de mantener mi salud y mi vigor, y también me gusta el hecho de que estoy produciendo algo tangible, algo que puedo ver, e incluso beber. Mi mujer y yo llevamos nuestros granos a la pequeña ciudad de Mercedes, donde alguien los tuesta para nosotros, y bebemos nuestro propio, fiable y delicioso café durante todo el año.

Sin embargo, mi mujer no trabaja en la tierra conmigo. Es la señora de la casa y cocina para los recolectores durante la cosecha. Y cuando no hay recolectores, voy a casa todos los días para compartir la comida con ella. Vivimos a un tiro de piedra de nuestra finca. 

Tenemos seis hijos, pero todos ellos han viajado a Estados Unidos, uno tras otro, en busca de una vida mejor, y ahora todos se han ido. Es una verdad dura y dolorosa; no me gusta hablar de ello. Pero pienso en ellos todos los días. En la zona en la que vivo no tenemos cobertura de Internet ni de telefonía móvil, así que también es difícil hablar con ellos. 

Me alegro de haber entrado en Cafesmo porque la calidad de mi café ha mejorado notablemente. Jaime, el agrónomo de Cafesmo, me ha dado muchos consejos. Los precios también se han vuelto más atractivos, sobre todo gracias a los certificados de Comercio Justo y Orgánico que ahora tengo. También recibí dos días de talleres en Cafesmo para aprender a preparar cafés especiales, pero todavía no he producido ningún microlote. Creo que todavía no tengo todos los conocimientos necesarios, y tampoco puedo encontrar suficiente tiempo durante la temporada alta, cuando tengo un trillón de otras cosas que hacer. Pero ¡quién sabe lo que nos deparará el futuro! 

Datos de la finca

0,9 hectáreas de terreno bien desarrolladas, y 0,7 hectáreas por desarrollar. Ambas parcelas entre 1.130 y 1.240 metros.

Variedades Catuaí y Lempira.

Hay algunos árboles de aguacate y plátano, pero la mayor parte de la sombra la proporcionan árboles locales como el guamo y el pepete.

La finca tiene certificación de Comercio Justo y Orgánico y RFA.