Rosalío & Elizabeth Ventura, Finca Elizabeth

MI PADRE MURIÓ RECIENTEMENTE, TENÍA 102 AÑOS...

Estoy convencido de que vivió tanto tiempo porque siempre hizo lo que le apasionaba, hasta el final de sus días: cultivar, amar y beber café. Yo mismo tengo ahora casi setenta años y me siento vivo y feliz. Si tengo la suerte de vivir tanto como mi padre, ¡aún me quedan 35 años de alegría por delante!

Mi padre empezó a cultivar café en su propia tierra en 1951, el año antes de que yo naciera. Durante décadas, intentamos tener un rendimiento lo más alto posible, para aumentar nuestros ingresos. Pero en 2011, por primera vez, vendí un microlote por tres dólares la libra, a un tostador de Estados Unidos que confió en mí. No fue más que el primer paso de lo que poco a poco se convertiría en una fantástica amistad, y un gran socio.

De hecho, en 1979, el gobierno hondureño me envió a Costa Rica durante tres meses, para participar en un curso sobre el cultivo del café, y he sido profesor durante años después. Poco a poco, aprendí las mejores técnicas para preparar cafés especiales, y empecé a construir secadores solares y patios, para secar el café según las condiciones climáticas y las preferencias de mis compradores.

Don Rosalío, al que puedes ver en este vídeo, lleva más de cinco décadas dedicado al cultivo del café. Trabaja con un selecto grupo de tostadores desde 2011 y comparte generosamente sus conocimientos con los miembros más nuevos y jóvenes de Cafesmo.

Más tarde, empecé a construir secadores que tienen pequeñas aberturas en la parte inferior, así como en la parte superior. Esto permite que el aire algo más fresco entre, luego se mueva hacia arriba mientras se calienta, y desaparezca por las aberturas de la parte superior. Esto permite una sutil corriente de aire y una regulación más precisa de la temperatura y la humedad, ya que también puedo cerrar las aberturas si es necesario.

Llevo más de ocho años preparando cafés especiales y he aprendido a diversificar entre lavado, semilavado, natural, honey rojo, amarillo y negro. Las preparaciones en las que me centro son los distintos lotes de honey y el natural, pues creo que son los que ofrecen los sabores más ricos y las variaciones más interesantes.

Como tengo una explotación de 5,5 hectáreas y me dedico sobre todo a los especiales, puedo ofrecer una amplia gama de productos y asociarme con una docena de tostadores de distintos países. De este modo, puedo establecer relaciones personales a largo plazo con cado uno de ellos, y proponerles la exclusividad para sus lotes y mercados específicos. A través de CAFESMO, puedo enviar mi café a todo el mundo.

Avísame si quieres saber sobre el café, ¡es lo único de que hablo!

 

Datos de la finca

5,5 hectáreas de plantas bien cuidadas en dos parcelas.

Una parcela está situada a 1.360 metros, donde cultivo Parainema e Icatú. La segunda parcela a 1.550 metros, con Parainema y Obata.

Ambas parcelas están certificadas FTO y Rain Forest Alliance.

 Donde no hay bosque, me centro mucho en los cítricos: mandarina, naranja, lima. Cuando los frutos caen, comparten su sabor cítrico con las plantas de café circundantes a través de las raíces. Es un sabor explosivo y rico, casi provocador.